lunes, 23 de abril de 2012

HACIÉNDOME


El otro día fui con una amiga a pagar una factura a unas oficinas. Pero en la entrada había una maravillosa puerta giratoria, que parecía más un ventilador y era la única entrada al edificio.
A la de tres entramos e intentamos usar la física para solucionar el problema de velocidad, ya que más cerca del centro, la cosa gira más despacio. Pero no fue así y la puerta me pillo y se paro, dejándonos atrapados a mi amiga y a mi. Volvimos a empujar para que arrancará e intentar salir, pero nos volvió a pillar y dejar atrapados. Pero a la tercera va la vencida y conseguimos salir de esa trampa mortal.
Pague y nos dispusimos a irnos, pero como había allí una maravillosa persona de seguridad, le preguntamos si había otra forma de salir, ya que a mi no me daba tiempo. Y esa chica vestida de uniforme, me enseño que había un botón para personas con movilidad reducida, que hacía que la puerta girará más despacio.
Le dí las gracias y la dije que me estaba haciendo a las nuevas condiciones. Y es cierto, conozco poco, y hay un montón de cosas que nos ayudan a conseguir que las cosas sean más fáciles.
Le dimos al botón y conseguimos salir sin que la puerta me pillara. Al final no daba tanto miedo la puerta giratoria.

2 comentarios:

  1. ¿Ves?, nos quedan cosas por aprender. Todos los días...

    ResponderEliminar
  2. pues si... te doy toda la razón... hay que seguir aprendiendo.

    ResponderEliminar