A la de tres entramos e intentamos usar la física para solucionar el problema de velocidad, ya que más cerca del centro, la cosa gira más despacio. Pero no fue así y la puerta me pillo y se paro, dejándonos atrapados a mi amiga y a mi. Volvimos a empujar para que arrancará e intentar salir, pero nos volvió a pillar y dejar atrapados. Pero a la tercera va la vencida y conseguimos salir de esa trampa mortal.
Pague y nos dispusimos a irnos, pero como había allí una maravillosa persona de seguridad, le preguntamos si había otra forma de salir, ya que a mi no me daba tiempo. Y esa chica vestida de uniforme, me enseño que había un botón para personas con movilidad reducida, que hacía que la puerta girará más despacio.
Le dí las gracias y la dije que me estaba haciendo a las nuevas condiciones. Y es cierto, conozco poco, y hay un montón de cosas que nos ayudan a conseguir que las cosas sean más fáciles.
Le dimos al botón y conseguimos salir sin que la puerta me pillara. Al final no daba tanto miedo la puerta giratoria.
¿Ves?, nos quedan cosas por aprender. Todos los días...
ResponderEliminarpues si... te doy toda la razón... hay que seguir aprendiendo.
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